¿Los bebés de la FIV son diferentes a los demás?
Los bebés de la FIV no son diferentes de los concebidos naturalmente. Los conceptos erróneos sobre la FIV están muy extendidos, ya que el proceso es relativamente nuevo y todavía no se conoce bien. Muchas personas tienen la idea errónea de que los niños nacidos de tratamientos de FIV no son sanos y normales. Hay oposición al modelo de FIV para crear vida, ya que implica conocimientos técnicos y procedimientos quirúrgicos. Los opositores creen que los niños creados de este modo no son tan regulares como los nacidos de forma natural.

Esta idea errónea ha sido perpetuada por la ignorancia y no es cierta. Los bebés concebidos a partir de un tratamiento de FIV son iguales a los demás niños en cuanto a sus atributos físicos y su capacidad mental. Y vienen al mundo de la misma manera: llevados en el vientre de su madre (o de una madre de alquiler) durante nueve meses hasta que los entrega un médico.
El proceso de quedarse embarazada tras la FIV es tan normal como lo es en el caso de las relaciones sexuales entre parejas. Hay que entender que la tecnología de TRA que se utiliza durante el tratamiento de FIV significa Tecnología de Reproducción Asistida, y no Tecnología de Reproducción Artificial. Sólo hay algunas diferencias entre la FIV y el proceso natural: en la FIV, el esperma y el óvulo se fecundan en un laboratorio bajo la supervisión de médicos experimentados, y luego se colocan en un útero.
La infertilidad es un problema habitual en las parejas cuando el varón es incapaz de producir esperma o la mujer es incapaz de producir óvulos de alta calidad. A veces, uno o ambos miembros de la pareja tienen las trompas de Falopio obstruidas. La fecundación in vitro, la fertilización de un óvulo fuera del cuerpo, es una alternativa a las relaciones sexuales.